lunes, 9 de abril de 2012

2.I’ll be here, by your side.

-Tú... tú eres...- me temblaba la voz y estaba segura de que tenía los ojos desorbitados de tan abiertos que los tenía. Aún no me lo podía creer.
-Harry Styles, encantado- dijo con una magnífica sonrisa.-Y tú eres...
-Ronnie...-no podía dejar de mirarle. Seguramente estaría pensando que soy idiota o algo.-Siento haberte tirado el café encima, lo siento, yo...
-No pasa nada, de verdad- me cortó, regalándome una de sus fabulosas sonrisas. Me estaba derritiendo por dentro.-Solo ha sido un accidente. Además, es culpa mía también, iba con prisa y bueno... lo siento yo también.
Yo no era capaz de articular ninguna palabra. Solo pude sonreír, y agaché la cabeza para que no viera que me estaba poniendo roja. Él debió darse cuenta, porque dejó de mirarme y se agachó para coger uno de los vasos de cartón que había sobre el charco de café que Zach seguía limpiando.
-Así que.. le llevabas café a la Zombie del chándal.- dijo intentando contener la risa mientras leía el vaso.
Por favor tierra, TRAGAME.
Oía a Matt riéndose desde la barra, y yo solo conseguí ponerme más roja aún.
- Tendré que devolvértelos-dijo poniéndose en pie.
Levanté la cabeza.
-¿Devolverme el qué?
-Los cafés. Tendré que invitarte a uno para compensar estos que te he tirado- sonrío pícaro, mirándome a lo ojos.- Pero hoy no podrá ser, porque como te dije, tengo prisa y ya se me ha ido el poco tiempo que tenía... ¿qué te parece si me das tu número y quedamos un día de estos?
Yo, quedando con Harry Styles... ¡SI VENGA, ESTO SOLO PASA EN LAS PELICULAS!
-Vale...-dije perdida en su mirada.
Él sacó su móvil y yo le di el mío. Se despidió de mí y subió a una furgoneta negra con los vidrios tintados que estaba esperando en la puerta.
Oh. Dios. Mío. Le he dado mi número de teléfono a Harry Styles.
Estaba petrificada mirando el lugar donde segundos antes había estado él. Tardé un poco en asimilar todo lo ocurrido, pero en cuento lo hice corrí al apartamento para contárselo a Valen. El ascensor tardaba mucho en bajar, así que subí corriendo por las escaleras. Las manos me temblaban cuando intentaba abrir la puerta. Cuando entré oí a Valen cantando What makes you beautiful en la ducha, esa chica se tiraba años en ella. Sin pensármelo dos veces entré en el baño y mientras ella me decía que me fuera de allí grité:
-¡ACABO DE VER A HARRY STYLES!
Sacó la cabeza de detrás de la cortina de la ducha.
-¡¿A quién dices que acabas de ver?!
-A  H a r r y  S t y l e s- dije pronunciando cada letra con énfasis.
-¡NO PUEDE SER! ¿EN DÓNDE? - dijo cogiéndo una toalla y saliendo de la ducha.
-En el Starbucks, estaba saliendo con los cappuccinos y me choqué con él.
-Eso explica tus pintas- dijo mirándome de arriba a abajo.
Mierda, otra que se metía conmigo. 
Seguramente en otra ocasión me habría molestado aquel comentario, pero en ese momento nadie era capaz de quitarme la sonrisa.
-¿Me has conseguido un autógrafo?-dijo.
-Emm...
-Emmm?! ¿COMO QUE EMMM? ¿NO SE TE HA OCURRIDO PEDIRLE UN AUTÓGRAFO?
-No...
-Por lo menos le habrás hecho una foto, ¿verdad?
Me quedé callada, no sabía cómo decirle que no se había ocurrido hacer ninguna de las dos cosas. Ella adivinó mi silencio.
- ¿Cómo no se te ocurre pedirle un autógrafo o hacerte una foto con él? ¿Dónde tienes la cabeza? 
-Lo siento, pero esque desde que me pidió mi número no pensé...
-¿¡Que te pidió tu número?! Por favor, dime que sí se lo diste.
-¡Claro que sí! ¿Crees que soy tonta?
-A veces sí- dijo saliendo del baño envuelta en la toalla. Me quedé indignada.
-Pues que sepas que me ha dicho que quería invitarme a un café.
-¿Y lo ha hecho?
-No- ella se rió- pero por eso me ha pedido mi número, porque quiere quedar conmigo.
-Mira, Ronnie, eres mi mejor amiga y te quiero. Y por eso te digo que no creo que te vaya a llamar, seguro que tiene el número de mil chicas en su teléfono. Lo siento, pero no quiero que te hagas ilusiones y luego se rompan.
Sabía que estaba siendo sincera conmigo, y lo que decía era verdad. Un chico como Harry Styles no iba a perder su tiempo conmigo.
-Tienes razón- dije triste.
Ella me abrazó y fue a su cuarto a vestirse y yo me quité la chaqueta sucia, la puse a lavar y me tiré en el sofá a ver la tele. Cambiaba de canal todo el rato, no había nada interesante. Al final encontré una película vieja y la dejé puesta; eso era mejor que nada. Valen salió de su habitación y fue a la cocina a preparar algo de comer. Olía genial, como no, Valen era una experta en la cocina. Miré el reloj: ya eran los dos, se me había pasado la mañana volando. Me levanté y fui a mi cuarto a cambiarme de ropa. En ese momento algo vibró en el bolsillo de mis pantalones. Saqué el móvil y vi que me estaban llamando, era un número deconcocido. Mis ojos se abrieron de par en par y mi corazón se paró. Fui corriendo a la cocina y se lo dije a Valen.
-¡Cógelo, joder!- gritó.
-¿Hola?- dije acercándome el teléfono al oído.
-Hola Ronnie- dijo él. Me quedé embobada con su voz- soy Harry.
-Lo sé- dije antes de poder evitarlo.
Valen me miró como si fuera tonta y articuló WTF? con la boca. Escuché cómo él se reía al otro lado del auricular.
-Mira, mañana por la mañana estoy muy liado, pero por la tarde no tengo nada que hacer, ¿te gustaría tomar un café conmigo?
-Sí, emm, espera un segundo.- tapé el auricular con la mano.
-Me ha pedido que quedemos mañana.
Las dos gritamos. 
-Está bien, ahora hay que ser profesionales- dijo Valen- pregúntale a qué hora y dile que me vas a llevar. Me lo debes por no traerme un autógrafo- dijo antes de que pudiera replicar.
Volví a atender a Harry.
-Sí, mañana me viene bien. ¿A qué hora quedamos?
-Genial. Pues si quieres nos vemos en el Starbuck de esta mañana como a las seis.
-Me parece genial- Valen no paraba de hacer gestos y darme golpes para que le dijera de una vez que ella también iba- y oye, una cosa ¿podría llevar a una amiga conmigo?
-Por supuesto, no hay problema. Yo le diré a los chicos si quieren venir.
-Está bien- dije sonriendo.
-Nos vemos mañana Ronnie.
-Nos vemos.
Colgué el teléfono en silencio y miré a Valen. 
-Mañana vamos a quedar con los chicos de One Direction- dije como si nada.
Hubo un pequeño silencio, pero entonces empezamos, sin poder contenernos más, empezamos a gritar.


Me miré una vez más al espejo, terminé de arreglar mi pelo y fui al salón. Allí estaba Valen, estaba que se subía por las paredes de los nervios. Yo me sentía como en un sueño; no estaba segura de si esto era real o no. 
-¿Vamos?- dijo Valen.
Yo asentí y fuimos al Starbucks, y allí estaban ellos. Nos paramos un momento en la puerta de cristal y vimos a los cinco chicos que estaban sentados en los sofás del fondo.
Sin poder evitarlo, sonreí.