lunes, 9 de septiembre de 2013

17.I'm cold and I am shamed lying naked on the floor.

"-He roto con Niall."
 Una vez más, las palabras de Valen golpearon mi cabeza. 
"-No podía soportarlo más... aquellas chicas se reían de mi, me provocaban, y él no hacía nada, simplemente... estaba ahí, quieto y en silencio."
Suspiré y me froté los ojos con cansancio. Había pasado la noche con Valen, mientras ella me contaba entre hipidos lo que había sucedido.
Al parecer, unas chicas habían empezado a insultarla y a decirle que dejara a Niall de una vez, que no se lo merecía. Él se había mostrado pasivo, pero ella, incapaz de mantenerse alejada de nada, había respondido con malos humos a aquellas chicas. Cuando estaban a punto de pasar a las manos, Niall había irrumpido, cogiendo a Valen del brazo y llevándosela lejos de ahí. Eso la había molestado; que en vez de dar la cara por ella, Niall se dedicara a esconderla de las miradas de los presentes. Y su molestia empeoró cuando él la recriminó por haber hecho caso a comentarios estúpidos y haber montado semejante escándalo. 
Y así comenzó la segunda pelea de la noche.
Valen no me dio muchos detalles; comentó algunas palabras ofensivas que él le había dirigido, y, con un simple "se acabó", dio media vuelta y se fue.
Había sido una noche larga. Muy larga. 
Ahora, con una humeante taza de café entre mis manos, esperaba a que Valen saliera de la ducha.
Había pensado mucho en el comportamiento de mi amiga; ella no era una persona que se rindiera fácilmente, y me menos si se trataba de un tema personal e importante. Por eso me costó asimilar que ella hubiera dejado a Niall, el chico del que estaba tan enamorada, solo por los comentarios envidiosos y rastreros de unas chicas cualquiera. Pero recordé que, a pesar de cómo se muestra Valen, fuerte y segura de sí misma, la opinión que tiene la gente sobre ella le importa muchísimo, hasta el punto de haberla hecho sufrir en más de una ocasión. 
Y esta vez había sido demasiado para ella.
Había sido demasiado porque no era la simple opinión de unas chicas a las tres de la mañana en una discoteca con el alcohol corriendo por la garganta garganta, no, era mucho más que eso: se trataba de la opinión de los medios de comunicación, de todos los fans y demás entidades conocidas. En definitiva, se trataba de la opinión de todo el mundo.
Debería haberme dado cuenta...
Sí que debería; debería haber sabido, cuando la vi tumbada en la cama dolida por aquel estúpido artículo de aquella estúpida revista, que esto se estaba convirtiendo en una carga enorme para ella.
No la ayudé cuando más me necesitaba... solo la llevé de compras, como si eso fuera a curar su herida. Y ahora..., ahora ya es tarde para evitar que quede cicatriz.
El sonido de una puerta al cerrarse me sacó de mis pensamientos. Julia entró en la cocina.
-Se ha vuelto a meter en la cama, dice que no quiere salir.
Resoplé.
-No puede seguir así -dije, con la mirada perdida en el café que aún desprendía un hilo de humo.
Julia se sentó en una de las sillas que rodeaba la mesa, en silencio. Últimamente era este el que reinaba en el apartamento: el silencio. 
Levanté la vista y miré a mi amiga, que se retorcía las manos y movía la pierna sin parar. 
-¿Por qué estás tan inquieta?
Me miró con sus nerviosos ojos castaños.
-Es que... no sé qué hacer. -Echó la vista atrás, hacia la puerta de la cocina, dando a entender que se refería a alguien que estaba  más allá de esta.- Me gustaría hacer algo con ella, ayudarla a sentirse mejor, pero no sé cómo.
Bajó la mirada, desolada.
Suspiré.
-Yo tampoco tengo ni idea de qué hacer- dije a media voz.
El silencio volvió a invadir la estancia, y ya no hubo nadie que lo rompiera.


A unos kilómetros de ahí, en aquella casa de altas paredes blancas, el ambiente no era mucho mejor.
Desde fuera se podía oír las voces de los chicos discutiendo entre sí. O más bien, discutiendo solo con él.
-¡No pagues con nosotros que tengas un humor de perros!-Harry estaba que echaba humo.
-¿Yo soy el que tiene el humor de perros?- respondió Niall con un deje de sorpresa sarcástica.
-¡A ver, ya está bien! ¡Basta ya los dos!- la voz de Louis tenía un tono autoritario.
Los chicos se callaron, pero Harry aún miraba a Niall con rabia.
-Ahora pedid perdón -dijo Lou.
-¡¿Qué?! -saltó Harry- ¿esperas de verdad que le pida perdón después de haber destrozado mi móvil?
-No habría pasado nada si cuidaras mejor dónde dejas tus cosas tiradas- replicó enseguida Niall, a la defensiva.
Harry sentía que le estaban llevando a su límite.
-No habría pasado nada si TÚ no fueras tan imbécil.
-¿A quién llamas tú imbécil, marica?- Niall se puso frente a frente con Harry.
Harry sobrepasó su límite. Su puño golpeó con fuerza la mandíbula de Niall, que tuvo que retroceder un par de pasos para no perder el equilibrio.
-¡HARRY, YA BASTA!- Liam lo sujetó por detrás, antes de que se produjera un nuevo golpe.
-¿Pero qué te pasa hoy, Niall?- preguntó Zayn sorprendido. Su amigo irlandés era el que siempre empezaba el día feliz y hacía que los demás nunca se enfadaran unos con otros. Pero aquel día se notaba que estaba buscando pelea; esperaba la más mínima escusa para empezar una discusión.
Niall lo miró.
-No me pasa absolutamente nada, sois vosotros, que sacáis problemas de todo -respondió, con mal talante.
Harry bufó, y Liam lo sujetó más fuerte, por si acaso.
-Sabes que eso es mentira -siguió presionando Zayn.
-Mira, me da igual si es mentira o no, ¡ya estoy harto! ¡Estoy harto de vosotros y de todo el mundo! ¡Esto del grupo es una gilipollez, no lo deberíamos ni haber empezado! ¡Dejad de meteros en mi vida, no tenéis que estar pendientes de todo lo que digo, hago o siento! ¡Limitaos a vosotros mismos y ya está, joder!- Niall le dio la espalda a sus amigos, que se habían quedado inmóviles ante las duras palabras que les había dirigido.
Niall sabía que los había herido, pero le daba igual. En aquel momento, todo, absolutamente todo, le daba igual. Sentía que su vida se había desmoronado. 
"Es mejor pasar de todo; lo que no te importa no te puede dañar", se dijo a sí mismo mientras salía de la casa dando un portazo.


jueves, 5 de septiembre de 2013

16.My tongue gets tied, the words get trapped.

Llegamos a la discoteca, la misma a la que habíamos ido después del concierto de los chicos. Era una de las discotecas más nuevas y famosas de Londres, por lo que estaba abarrotada de gente. Por suerte, al ir con los chicos nos dejaron pasar sin hacer cola. Entramos y el ambiente estaba más animado que nunca; la música retumbaba en cada esquina del local y el suelo vibraba bajo los pies de todos los que nos encontrábamos ahí. En un instante ya estábamos todos bailando y pasándonoslo bien. Cogimos bebidas y mis amigos brindaron por mí. Me lo estaba pasando en grande; uno de mis cumpleaños más especiales. Estaba con gente increíble y a la que apreciaba muchísimo, (aunque Parker y Jenny se habían ido). Después, Valen y Jessie se fueron al centro de la pista a darlo todo, y yo me quedé con los demás, sentados en unos sofás hablando con Julia, aún sin creerme del todo que ella estuviera aquí. Los otros también hablaban con ella y le preguntaban cosas sobre su vida y tal, y, como es normal en ella, respondía de forma graciosa y los demás no paraban de reírse  Eso es lo que me encanta de Julia; tiene una personalidad muy fuerte, es súper graciosa y siempre pasas un buen rato con ella. Estuvimos bebiendo y, después de un buen rato hablando, me fui con ella y con Liam a bailar a la pista. Niall y Louis se fueron a la barra con Eleanor, y Harry y Zayn se quedaron donde estaban, charlando. Le dije a Zayn que viniera conmigo a bailar, pero el muy cobarde dijo que no con la excusa de que "le dolía un poco el tobillo". A mi no me engañaba, ya sabía yo muy bien que él no sabía bailar, y seguro no quería venir a la pista para no ponerse en ridículo. Tendría que decirle a Danielle que le enseñara unos pasos... hablando de Danielle, ¿por qué no había venido? Me acerqué a Liam.
-¿Por qué no ha venido Danielle? -le pregunté, haciéndome oír por encima de la estridente música.
Enseguida noté un cambio en la expresión de él.
-Te lo iba a decir antes...-dijo bajando la cabeza con tristeza  Una idea sobre lo que iba a decir a continuación rondaba por mi cabeza.- Danielle y yo rompimos ayer.
-¡¿Qué?!- a pesar de que eso era exactamente lo que estaba pensando, no conseguía asimilarlo. A ver, no conocía mucho a Danielle, pero el tiempo que había pasado con ella fue muy bueno, me pareció una gran chica que conseguía hacer feliz a Liam.
Julia también estaba sorprendida; tenía los ojos castaños muy abiertos y miraba a Liam.
Él se encogió de hombros y no dijo nada más. Ni yo ni Julia sabíamos que decir, pero ella reaccionó antes que yo y le abrazó. Al principio me sorprendí, pues ellos apenas se conocían y no tenían tanta confianza para hacer algo así. Pero vi cómo cómo Liam aceptaba su abrazo y lo correspondía de buena gana, y supe que eso era justamente lo que necesitaba para reconfortarse. Un abrazo.
Me alejé un poco de ellos y fui a sentarme con Harry y Zayn. Estos estaban compitiendo por ver quién era capaz de beberse más rápido tres botellas de cerveza. Nada bueno va a salir de aquí, pensé. Así que me di media vuelta y me interné en la pista de baile, en busca de Valen y Jessie. Me era casi imposible avanzar entre tanta gente, así que saqué los codos y, dando algún que otro codazo, conseguí hacerme hueco entre la cantidad de cuerpos que bailaban. Por fin divisé a Jessie, que estaba con Eleanor. 
-¡Hey! - saludé.
-¡Ronnie! 
Entre las dos me cogieron y me pusieron a bailar con ellas. Estuvimos un buen rato así, y luego se nos unieron Liam, Louis y Julia. 
-¿Dónde están Valen y Niall?- le pregunté a Jessie, haciéndome oír por encima del ruido.
-Querían intimidad- dijo simplemente.
No volví a preguntar. Seguimos pasándonoslo bien hasta que ya no pudimos ni con nuestras almas. Decidimos que había sido una gran  fiesta y que ya podíamos darla por concluida, así que recogimos nuestras pertenencias y salimos del local. Pero antes, barrí con la mirada toda la discoteca, buscando a Valen. Pero no la vi.
Bueno, ella sabrá volver a casa.


Sí que supo llegar.
Julia y yo aún seguíamos hablando sobre lo genial que había sido la noche cuando entramos en el apartamento. Ella se fue al baño a ducharse, y yo iba a mi cuarto cuando pasé por delante de la habitación de Valen. La puerta estaba entreabierta, y se oía un débil sollozo al otro lado. Abrí la puerta un poco más, lo suficiente como para poder asomar la cabeza y mirar. Lo que vi me dejó quieta en el sitio, impactada.
Valen estaba tumbada en la cama, encogida sobre sí misma. Aún tenía el vestido negro puesto, aunque sus tacones brillantes descansaban tirados de cualquier manera en el suelo; tenía los ojos cerrados y huellas negras bajo ellos; la estela que había dejado su maquillaje cuando las lágrimas habían salido de sus ojos y rodado por sus mejillas.
"Se notaba que tenía ganas de llorar, pero no lo haría. Jamás llora delante de gente, ni siquiera delante de su mejor amiga." Eso lo había pensado hace un tiempo, cuando leí el articulo sobre ella y su relación, y sabía que era en serio, que ella no lloraba delante de nadie. Pero ahí estaba, hecha un ovillo sobre la cama, con los brazos rodeando sus rodillas y temblando en silencioso llanto mientras las lágrimas resbalaban por su rostro hasta caer sobre la almohada. Era la primera vez que la veía llorar. Y por eso me sentí tan mal al tenerla así delante mío, tan frágil y destrozada.
Entré en la habitación y me senté en la cama junto a ella. Valen abrió los ojos y reparó en mi presencia. Me miró un momento y enseguida las lágrimas volvieron a inundar sus ojos. Yo la abracé con fuerza y dejé que llorara sobre mi hombro, acariciando su pelo y dedicándole palabras de consuelo.
Pero en aquel momento sonaban demasiado huecas como para hacerla sentir mejor.